Calle Ramón y Cajal 14. Denia. Tf. 965 298 384. Precio medio: 25 euros. Calificación: 3 estrellas.Benjamín reabre con todo el sabor de la bodega de pueblo que siempre fue, como una especie de fotografía que viene a recordarnos lo que era Dénia antes del boom turístico. Sus nuevos propietarios han invertido todo lo necesario para que el local pueda ser un lugar donde disfrutar también de la comida, pero sin tocar un sólo azulejo, ni una estantería, ni uno de esos toneles que están en el recuerdo de los dianenses desde hace varias generaciones. Mantienen el viejo Benjamín y abren la trastienda para ampliarla con una serie de estancias y reservados que permiten sentarse en una mesa con más calma.

Juan Llorca, Cristina Baixauli y Víctor Gallego
Con el mismo ahínco con el que se ha querido preservar el espacio se ha renovado la oferta gastronómica. El Benjamín de hoy tiene, además de mucho encanto, una propuesta gastronómica muy seductora. La carta es muy amplia. Capaz de satisfacer todos los gustos y todos los momentos. Desde un aperitivo sin pretensiones hasta un homenaje de producto en toda regla.

Mejillones con mullaor picantón

Ensaladilla de marisco y ensaladilla tradicional
Nada más cruzar nos toparemos con la misma barra de siempre surtida ahora con buenos salazones (mojama, huevas, capellanets…) y encurtidos. Si queremos algo más, otra vitrina esconde clásicos de la barra de toda la vida vestido con un puntito de creatividad. Nos proponen, por ejemplo, una interesante ensaladilla hecha con moluscos que anda a medio camino entre el salpicón y la ensaladilla de toda la vida, atún en escabeche de Jerez y naranja, sepia de callo con una mahonesa ligeramente aliñada en ajo o unos mejillones con mullador de pimentón y cebolla a los que les falta carácter para resultar interesantes.

Ostras Guillardaux y de Valencia

Gamba de Dénia

Erizos
La cosa se pone más seria cuando tocamos producto del bueno. Aquí hay buenas ostras (Guillardeaux y valencianas), erizos (ahora es temporada), berberechos a la brasa, navaja, sepionets a la plancha, ortiguillas…Pescados y mariscos de primera que compran diariamente a proveedores de prestigio como Perelló o Llobell. Llobell se está convirtiendo en el pescadero de los restaurantes más exigentes de la costa alicantina. Se ha especializado en grandes pescados salvajes que compra en 25 puertos de toda la península para repartir luego a restaurantes tan conocidos como Nou Manolín, Monastrell o Piripi. De Llobell es el calamar que aquí sirven a la plancha o a la andaluza, el chipirón o unas gambas que no son muy grandes pero sí muy frescas.

Rodaballo frito

Sardinas ahumadas con sésamo
La experiencia en Benjamín se puede convertir en una comida en toda regla si acabamos con un Chuletón de vaca, un rodaballo a la brasa o unas pelotas de callos que son una delicia.
El vino promete ser uno de los atractivos principales del local. La carta anda todavía en construcción pero ya tiene más de 300 referencias y se percibe la mano de un experto en su diseño. Hay vinos comerciales, por supuesto, pero también muchas rarezas de esas que gustan a los muy iniciados.
LO MEJOR: Poner al día la oferta gastronómica sin perder el alma de la vieja bodega de pueblo.
LO MEJORABLE: Algunos platos parecen diseñados para gustar al gran público.
LO IMPRESCINDIBLE: El arnadí. El mejor que he comido nunca.