DIRECCIÓN: Calle San Isidro, 28. Barro Roca.TELÉFONO: 961 11 91 10.PRECIO MEDIO: 30 EUROS.Napicol reabre sus puertas en el corazón de L’Horta. El primer Napicol de la calle Blanquerías tuvo que echar el cierre por problemas con el vecindario. Lo que parecía una tragedia se ha revelado como una oportunidad. Aquél cierre les obligó a encontrar este espectacular local del Barri Roca. Una gran casa con jardín, patio y huerta propia que da cobertura a la comida de negocios y a la reunión familiar del domingo, a los almuerzos de media mañana y las cenas veraniegas al aire libre. Una joya si se sabe administrar correctamente.
Lo primero que Chemo Rausell tuvo claro cuando se quedó el local es que aquí el cliente querría comer arroz. Por eso ocupó la mitad de su enorme cocina con cuatro paelleros dónde da salida a esos arroces secos tan típicos en la zona. La segunda certeza era que no iba a variar su forma de trabajar. Sigue comprando pescado fresco, que ahora exhibe en una vitrina frigorífica, y sigue confiando en el guiso como una de sus armas más poderosas. Hoy puedes empezar aquí la comida con una ortiga de mar muy bien rebozada, unas tellinas o unos fresquísimos sepionets que se acompañan de una papada de cerdo muy melosa y de una reducción de jugo de carne. En esa misma línea de cocina de mercado encontraremos siempre pescados de buen tamaño que se preparan en suquet o a la plancha (en este caso bautizados con una innecesaria picada de ajo que enturbia un tanto el sabor del pescado).

Dentón con patatas

Colas de rape con all i pebre de membrillo y ortigas de mar

Calamar de playa con salteado de sus interiores
Chemo es fan de la cuchara y el fuego lento. En Napicol hay una buena colección de guisos donde refugiarse de la modernidad mal entendida. Es muy bueno, por ejemplo, su guiso de habitas con carne de perol y también su all i pebre, que se acompaña innecesariamente de unas alcachofas que nada aportan excepto engordar el volumen de la ración.

All i pebre con alcachofa
Napicol funciona como el típico restaurante de arroz y picaditas, pero también como un buen restaurante de cocina de mercado. Puedes acabar con uno de esos pescados que tanto llaman la atención o con una buena espalda de cabrito, un chuletón de vaca vieja o incluso un rabo de toro.

Espalda de cabritocon berenjenas ahumadas

Sepionet con papada, jugo de carne y aceite de piñones
Napicol tiene ese ambiente de restaurante familiar que tanto me gusta. A Chemo le escoltan su padre y su esposa. Reunir a la familia en torno al negocio no es garantía de nada, pero el tiempo me ha enseñado que da estabilidad al restaurante. Este oficio es muy duro y cuando el parentesco no está vinculado con frecuencia surgen dificultades.
Hoy L’Horta es un paisaje reconocido y valorado por el urbanita y el paseo por sus caminos se está convirtiendo en una actividad de ocio como lo es la visita a La Albufera. De la mano de la valorización de ese paisaje están surgiendo un puñado de restaurantes. El primero fue Ca’Pepico, que tiene más mérito que nadie porque tuvo que llevar al cliente hasta un territorio entonces