Centro Comercial Bonaire. Km 345 Carretera de Madrid. Primera Planta, Local 7.Aldaia – VALENCIA.Tf 961061834.Calificación: tres estrellas y media.Precio Medio. 28 euros.Begoña Rodrigo ha sabido plantear Nómada como el restaurante ideal para un Centro Comercial. Comida para paladares fáciles, muy bien hecha y a un precio razonable. La propuesta es muy inteligente. Nadie quiere comerse un plato de vanguardia antes de entrar en el cine. Más bien apetece algo rápido e informal que no nos plantee retos.
Begoña ha leído bien el mensaje y ofrece una carta muy informal y sabrosa. El ejemplo más claro de ese mensaje puede ser su sandwich de pastrami. Un gran sandwich de 650 gramos al que se enfrenta uno seguro de que se sentirá culpable nada más salir del restaurante. Está riquísimo y, pese a su tamaño, uno no puede parar de comer hasta acabarlo. Preparan ellos mismos el pastrami a partir de grandes piezas de babilla de ternera que se macera con mostaza, sal, tomillo y especias para someterse luego a tres cocciones sucesivas: primero se asa en parilla, después se ahuma y finalmente se acaba en el roner. Dieciséis horas de trabajo para el mejor sandwich de pastrami que he probado.
En esa misma línea se sitúan los otros “bocadillos de la casa”. Tacos, molletes y baos que se rellenan de unos guisos suculentos como si de un sanguche peruano se tratara. En el último año me he encontrado tacos, baos y gyozas en el 70% de los restaurantes gastronómicos que he visitado. Me parece una estupidez. Es aquí, en un centro comercial, donde esos platos tienen sentido.
- Espeto de dorada con pesto de hierbas
- Calamar con curry verde
A veces da la sensación de que esa obsesión por ofrecer una cocina divertida acaba restando importancia al plato. Ocurre con el calamar (de una razonable calidad) que se enmascara en una salsa de curry verde. También con el espeto con pesto de hierbas (un plato que no termina de funcionar).
- Bacalao al pil pil
- Espeto de dorada con pesto de hierbas
En Nómada hay también propuestas más serias como el cazón adobado (que se acompaña de una salsa holandesa de lima muy fresca) o los callos de de bacalao. Los mediodías laborables preparan un menú que salva la vida a los ejecutivos de la zona (abocados de otra forma a las franquicias del entorno). Es un menú de dos platos y postre que por 14,5 euros ofrece recetas dignas de un correcto restaurante de mercado. De ese menú me llamó la atención el bacalao al pil pil, un plato bien hecho que mejoraría si se utilizara un bacalao desalado en lugar de uno congelado en fresco. Pero el precio limita y por 14,5 uno no puede esperar milagros de la lonja.
Begoña ha construido uno de los mejores restaurantes informales de Valencia. Lo ha conseguido dejando un lado la ambición del autor para ponerse en la piel del cliente y confiando en dos jóvenes con ganas y mucha formación. Isaías Cercós y Javier Linares, jefes de cocina, tienen mucho que ver en la buena planta que luce esta carta.